Autoconocimiento no es solo conocerte, es tratarte distinto.
- Pame Barz
- 7 abr
- 2 Min. de lectura

Conocerte es clave, sí. Pero si después de descubrir todo lo que sientes, todo lo que arrastras y todo lo que te afecta, sigues tratándote con dureza, algo no está funcionando del todo. Muchísimas personas saben lo que les pasa: han hecho procesos, han leído, han identificado traumas, heridas, creencias limitantes. Pero en su diálogo interno todavía suena la voz del castigo: "Deberías estar mejor", "Cómo no superaste esto aún", "Otra vez lo mismo". El verdadero autoconocimiento no es solo tomar conciencia, es también la forma en que eliges acompañarte cuando esa conciencia aparece.
¿Qué significa tratarte distinto?
Es dejar de ser tu propia(o) juez implacable. Es empezar a hablarte como hablarías a alguien que amas, es reconocer tus límites, validar tus emociones y no exigirte estar entera todos los días. La autocompasión no es lástima, no es resignación, es la base para sostenerte en procesos de cambio reales. Porque nadie cambia a fuerza de juicio, pero sí puede transformarse desde el cuidado.
¿Por dónde empezar?
Registra cómo te hablas cuando fallas ¿Es un discurso de castigo o de comprensión?
Haz el ejercicio de la carta: escríbete una carta como si se la escribieras a una amiga o un amigo que está pasando por lo mismo que tú.
Léela en voz alta y observa la diferencia emocional que se produce cuando cambias el tono interno.
El autoconocimiento sin autocompasión puede volverse un nuevo sistema de autoexigencia. Pero cuando ambas caminan juntas, aparece algo distinto: una forma más humana, más honesta y más liviana de estar contigo misma(o).
Y si estás en esa búsqueda de conocerte y al mismo tiempo tratarte mejor, te invito a conocer mi Pack de Autoconocimiento, una herramienta que une reflexión, identificación de patrones y un relato simbólico sobre tu historia personal.
Commentaires