¿Por qué a veces no sabemos lo que sentimos?
- Pame Barz
- 7 abr
- 2 Min. de lectura

Hay días en los que algo no anda bien... lo sientes, lo sabes, pero no logras ponerlo en palabras. No sabes si estás triste, ansiosa (o), enojada(o) o simplemente agotada(o). Y entonces aparece esa típica frase: "me siento rara(o), pero no sé por qué". ¿Te ha pasado? Es mucho más común de lo que imaginas. Y no, no es porque estés desconectada(o) sin razón. Puede haber varios factores, vamos a ordenar esto.
Muchas veces, esta desconexión emocional viene desde muy temprano en nuestras vidas. Aprendimos que sentir podía ser incómodo para los demás, que llorar molestaba, que enojarse no estaba bien. Que si estábamos tristes, había que "ponerle buena cara". Así, poco a poco, fuimos apagando esa voz interna que decía: "esto me duele", "esto me asusta", "esto me frustra". ¿Y qué pasó después? Nos volvimos eficientes, fuertes, funcionales... pero muchas veces desconectadas(os) de nosotras(os) mismas(os). Y cuando no puedes identificar lo que sientes, no puedes validarlo, no puedes regularlo y menos aún expresarlo de forma saludable.
Además de eso, están los mecanismos de defensa. Esas estrategias que usamos, muchas veces de forma automática, para no desbordarnos emocionalmente. Algunos de ellos son: la racionalización (explicarlo todo desde la lógica), la negación (como si no doliera), la evitación (mejor ni pensarlo). Sí, nos protegen, pero también nos dejan en una especie de anestesia emocional.
Entonces, ¿Cómo puedes empezar a reconectar con lo que sientes?
Baja el ritmo aunque sea por 3 minutos. Respira y conéctate con tu cuerpo.
Registra las sensaciones físicas, ¿hay tensión en alguna parte? ¿Un nudo en la garganta? ¿Sensación de vacío? El cuerpo habla antes que la mente.
Escríbelo sin filtro, aunque no tenga sentido. Aunque no sepas qué emoción es, solo suéltalo. Lo emocional no siempre es claro ni ordenado. A veces es una nube, a veces es un caos. Pero incluso el caos empieza a tener forma cuando lo nombras sin juicio.
Ejercicio práctico:
Durante 7 días, anota cada noche:
¿Qué sentiste hoy? (aunque no tengas claridad)
¿Qué pasó justo antes de esa emoción?
¿Qué hiciste con eso que sentiste?
Al final de la semana, relee todo. Vas a empezar a ver patrones, emociones repetidas, reacciones automáticas. Eso es información valiosa. Eso es autoconocimiento en acción.
Recuerda: si no sabes lo que sientes, no es porque algo esté mal contigo. Es porque aprendiste a sobrevivir así. Y puedes aprender otra forma más presente, más honesta, más tuya.
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